Para la diputada del Partido Por la Democracia, algunas de las enmiendas aprobadas al interior del Consejo Constitucional son «un retroceso para la lucha que hemos dado las mujeres durante mucho tiempo para conquistar los derechos sexuales y reproductivos que tenemos en la actualidad».
Por Helia Molina
Es preocupante el camino al que está llevándonos la derecha en este proceso constituyente. Elegimos a consejeros y consejeras que tienen que poner sobre la mesa, la virtud de pensar “para todas y todos los chilenos” más allá de su pensamiento ideológico y poniendo siempre en el centro a nuestros compatriotas, reconociendo sus características, necesidades, y sobre todo, hacerse cargo de las desigualdades que se viven a lo largo del país.
Lamentablemente, el camino que se ha sembrado hasta ahora va en dirección contraria a los sentidos comunes que tanto chilenas y chilenos quieren. Muchas de las enmiendas aprobadas durante este proceso constitucional vulneran derechos ya adquiridos de las mujeres, y también de los trabajadores, estudiantes, y organizaciones sociales, lo que significa un retroceso en términos democráticos.
En concreto, la enmienda aprobada hace unos días que propone “proteger la vida de quien está por nacer”, pone en riesgo el aborto en 3 causales, así como también los métodos de anticoncepción y las tecnologías reproductivas. La modificación de la palabra “que” por “quien” no se trata solo de un cambio menor, como han querido instalarlo, se trata de un cambio de interpretación del texto, ya que, la palabra “quien” sugiere la condición de persona. Con esto se estaría privando a las mujeres su derecho a decidir autónomamente sobre su cuerpo y se vulnera a aquellas mujeres que han sufrido violencia sexual.
Asimismo, es preocupante la aprobación de la enmienda que permite la objeción de conciencia personal e institucional, quitándole el carácter de excepcional que debe tener y reconociéndola como un derecho fundamental, afectando otros derechos que no podrán ser ejercidos porque cualquier persona o institución podrá poner sus creencias por sobre tales derechos pese a que estén establecidos por ley, pudiendo las clínicas, por ejemplo, negarse a realizar operaciones de cambio de sexo.
También es preocupante la falta de perspectiva de género en la redacción de una nueva constitución donde las mujeres quedan una vez más invisibilizadas.
Estas enmiendas son un retroceso para la lucha que hemos dado las mujeres durante mucho tiempo para conquistar los derechos sexuales y reproductivos que tenemos en la actualidad.
No podemos permitir que se generen instancias para que se derogue una Ley tan importante para las mujeres como es la del aborto en tres causales y que ha permitido garantizar a las mujeres y niñas que viven en Chile su dignidad, autonomía y derechos.
El actual debate constitucional no es la Constitución que queremos, no le entrega garantías a mujeres, hombres, niños y niñas. Sino más bien, coartan sus vidas en un velo del peso de la medianoche.
Es por ello que hago un llamado a quienes no les hace sentido que nuestros derechos como mujeres se eliminen y que se nos invisibilice, a manifestarse y salir a las calles, para dar cuenta a quienes están escribiendo por nosotras la propuesta constitucional, que ese no es el camino. Y que por sobre todo, no estamos dispuestas a retroceder ni un milímetro de lo conseguido hasta ahora.
Hay tiempo de enmendar muchas cosas. No estoy haciendo un llamado al rechazo, hay tiempo para corregir enmiendas retrógradas. Pero obviamente, si esto sigue hacia adelante, nosotras volveremos a las calles como lo hemos hecho durante décadas. Hasta que nos escuchen y esté consagrado en papel.
*Helia Molina, diputada del Partido Por la Democracia por el distrito 10″