La exministra de Salud dice que, antes de asumir como diputada, pensaba que por su edad le sería complejo relacionarse con el Frente Amplio. Una vez dentro se dio cuenta de que las coincidencias eran más que las diferencias. «Yo, que soy de las más viejas, pensé que iba a tener un montón de problemas para conversar. Y para nada, ¿sabí tú? Son bastante respetuosos, no son agresivos», dice.
Helia Molina, exministra de Salud y diputada por el distrito 10, es la primera entrevistada del especial de debutantes de La Tercera, en que parlamentarios que asumieron por primera vez un rol en el Congreso compartirán su experiencia tras un año de trabajo.
Molina describe que, a veces, la labor parlamentaria se torna tediosa y el clima, hostil, con episodios de violencia incluidos y con faltas de respeto hacia los ministros que visitan el Congreso. Sin embargo, enfatiza que se trabaja. Y mucho. “¿Dicen que no se trabaja? Yo hacía tiempo que no trabajaba tanto. Tengo copada la semana entera y el fin de semana trabajo en el territorio”, cuenta.
Antes de llegar a la Cámara, ¿qué expectativas tenía?
Tenía expectativas moderadas con respecto a si iba a salir electa o no. Un poco porque se estaban eligiendo a personas más jóvenes. Yo soy una persona grande ya. Pero sentí que podía ser útil con mi experiencia, con mi vivencia, con lo esforzada que soy para trabajar. Mi expectativa era eso: solamente aportar.
Si lo compara con su experiencia en el Ejecutivo, ¿cuáles son los mayores cambios que nota en la manera de trabajar?
Me cuesta entender que cada vez que discutimos algo hablen de un lado 30, del otro lado 30. ¡Y dicen prácticamente lo mismo! Pero entiendo que esto es parte del protagonismo de cada diputado. El timing es muy variable también. ¿Cómo puede ser que algo que afecta a la infancia no se saque rápido? Si te demoras cuatro años en sacar una política que favorezca a los niños, ya hubo una generación que no vivió esa política. Ahora, es muy fácil hablar desde fuera. Uno dice que los diputados no hacen nada, que ganan no sé cuántos millones, que son estúpidos, inútiles. No es cierto. Me he encontrado con gente muy valiosa y trabajadora, transversales a todos los partidos políticos. ¿Dicen que no se trabaja? Yo hacía tiempo que no trabajaba tanto. Tengo copada la semana entera y el fin de semana trabajo en el territorio.
Ahora, que ganamos millones de pesos, tampoco. Yo no gano ni un peso más que lo que ganaba en la Universidad de Santiago. Era decana, es verdad, tenía buen sueldo. Pero están los gastos operacionales, está pagar tu secretaria, periodista, un abogado. Imagínate legislar yo, la Helia Molina, doctora. No tengo idea de cómo hacer una ley. Yo puedo tener la idea, puedo tener el reglamento, el qué, el cuándo, dónde, ¿pero el cómo escribir eso? Hay que tener un abogado.
¿Se ha sentido cómoda, escuchada?
Me ha costado. Recién me estoy acostumbrando. Ahora último, que entiendo más los trámites legislativos, que conozco a los diputados, me autoconvencí de que no era la porquería que todos dicen que es el Congreso. Ahí hay un tremendo potencial.
¿Cuáles eran las expectativas que tenía de la administración del Presidente Boric? En consideración de que el anillo político más cercano al Presidente es Apruebo Dignidad.
Tengo la mejor opinión del Presidente Boric, si bien no era mi primer candidato. Pero voté con mucho gusto por él. Por supuesto que las aprehensiones uno las tiene, sobre todo cuando las personas tienen poca experiencia, poca vivencia. Pero el Presidente Boric tuvo dos periodos de diputado. O sea, tampoco vamos a decir que viene directo de la universidad. Tiene muy buenas intenciones, es una persona honesta. Su gobierno ha sido un foco absolutamente continuo de persecución. Yo como ministra hacía todas las cosas supertranquila. La Presidenta Bachelet gobernaba, porque no estaban todos pensando qué le encontramos, y esto otro, y qué le hacemos aquí. Lo que haga el Presidente Boric, bueno o malo, siempre se lo van a encontrar malo.
Ahora, los cuestionamientos no provienen solo de la oposición, sino de sus propias coaliciones. Al Socialismo Democrático no le gustaron los indultos; a Apruebo Dignidad, el TPP…
Ese es el problema. Yo no digo que uno tenga que ser obsecuente con un gobierno. Los indultos, para mi gusto, fueron poco apropiados en el momento, pero es una prerrogativa del presidente. Nunca los presidentes tuvieron que explicar nada. Pero a Boric lo llevaron a la Contraloría…
Dice que a Boric todo se le encuentran malo. ¿A qué lo atribuye?
Hay un tema de la prensa. Los medios de comunicación tienen que dar noticias que produzcan controversia, discusión, “supiste lo que dijo”, no sé qué. Yo fui objeto de un titular cuando era ministra. Eso vende, en la televisión igual. Cuando veo que el Congreso tiene el 80% de reprobación, yo me digo: “pucha, es doloroso”. La cuestión de SQM pasó hace años, Chile cambió, se transparentaron las cosas. Pero todavía vivimos como sumidos en “diputados y senadores truchos”, “mentirosos”. Puta, si la señora echó bencina, ¡la media cagada! Yo no tengo marido, pero si tuviera, alguna vez le pediría que me vaya a echar si estoy cansada. ¿Y va a salir tres días en el diario?
Escrita por Cristóbal Fuentes